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Madden ataca de nuevo

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Megatrón sufre la maldición... de jugar para los Leones (AP)A «Megatron» se le apareció su «Optimus Prime».

Pero éste no tiene forma de transporte de Rosa Gloria Chagoyán.

Al contrario, tiene la forma de cierto ex residente del edificio Dakota en Nueva York. Claro, uno que no tiene varios agujeros de bala.

Además, tiene un anillo de Super Bowl, varias épocas brillantes como coach, unas no tanto como comentarista y muchos millones de dólares gracias a su beso de la muerte electrónico a las más grandes estrellas de la NFL.

Este gordito de nombre John Earl Madden, sedujo la pasada primavera a uno de los receptores más talentosos que ha tenido el juego, construyéndole un bache tremendo a la carrera de Calvin Johnson.

Debió haberlo visto venir.

No era al primero que le destrozaba el corazón. De hecho, nadie que había caído en las redes de Madden había salido bien librado al otro lado.

Y aún así aceptó la cita. Se tomaron la foto, hicieron pública su relación.

Y sí, al final Johnson también sería otra víctima más de John Madden, quien extendió por décimo tercer año una racha que ni Lou Gehrig podría romper.

Aquí los hechos:

2000: Barry Sanders, quien se retiró sin jugar un solo down en esa campaña.

2000 v. 2.0. Dorsey Levens, quien se lesionó la rodilla y nunca más volvió a ser el mismo.

2001: Eddie George, quien aunque tuvo su mejor año estadístico, malabareó un pase que terminó siendo interceptado y devuelto a las diagonales para la derrota de sus Titanes ante Baltimore en el playoff divisional.

2002: Daunte Culpepper, quien se convirtió en, sí, Daunte Culpepper, luego de lesionarse la rodilla ese fatídico año.

2003: Marshall Faulk, quien enmedio de su brillante paso por los Rams, (no tan) misteriosamente se lesionó el tobillo y el talentoso equipo quedaría fuera de playoffs.

2004: Michael Vick. ¿Realmente necesitan una explicación? Pero por si la época actual no fuera suficiente ejemplo de los poderes de Madden, Vick se lesionó un día después de que el videojuego saliera a la venta.

2005: Ray Lewis. Esta fue la más sutil de todas hasta ahora, pues en ese año fue la primera temporada en la que no registró una sola intercepción.

2006: Donovan McNabb. Como si ser McNabb no fuera suficiente maldición, sufrió una hernia en el primer juego de la temporada y debido a ello terminó perdiéndose los últimos siete juegos.

2007: Shaun Alexander, quien se rompió el tobillo en el tercer juego de la campaña y nunca más volvió a brillar.

2008: Vince Young, el novato nunca se había perdido un juego por lesión en su carrera, incluyendo pañalitos, pee wees y hasta que apareció en la portada del videojuego.

2009: Brett Lorenzo Favre, quien había tenido una magistral temporada con los Packers un año antes, la que sería su última con el equipo, pues tras aparecer en la portada  pasó a los Jets y ya todos sabemos como acabó eso.

2010: Polamalu/Fitzgerald. Polamalu jugó en solo cinco partidos. Fitzgerald sigue atorado en Arizona. Maldición completa, digan lo que digan.

2011: Drew Brees. Los Santos favoritos a llegar al Super Bowl, perdieron en playoffs contra un humilde equipo de 7-9. Si eso no es estar maldito, entonces no sé qué es.

2012: Peyton Hillis: (Inserte chiste aquí)

2013:  Calvin Johnson.

El problema con Johnson no es que sus números sean malos. No lo son. Tiene 35 recepciones (14 de la NFL) y 558 yardas (séptimo de la liga). El problema son los touchdowns. Apenas uno en la campaña, cuando tuvo 16 el año pasado.

Lo más triste del caso es que Johnson no es el culpable, sino su pasador Matt «Cachetitos» Stafford, quien ha tenido una regresión peor que Volver al Futuro.

Stafford no es capaz de hacerle llegar el balón a Johnson. Le corta las alas. ¿Cómo puede hacer jugadas sin el balón en las manos?

Vamos, ya no digamos en las manos, sino a 2.5 metros a su alrededor, donde Megatron puede hacer la jugada.

Johnson ha estado sano (al menos eso nos dicen). Ha sido disciplinado, lo que en Detroit viene a ser noticia considerando las fichitas que tiene como compañeros. Ha sido, sorprendentemente, paciente.

Stafford es el infectado. Pero ni su nivel de talento y esos prominentes cachetes, no le daban para salir en la portada de un video juego, a menos que saquen video juego del Show de Porky.

Madden es cada vez más peligroso. Ahora sus maldiciones son contagiosas y se expanden rápidamente en el vestidor. Suh, Vanden Bosch, Jahvid Best. Todos lucen malditos.

No sé si sea la Maldición de Madden o el hecho de que se trata de los Leones de Detroit.

Los mismos Leones de siempre. Los que vieron un oasis en 2011 y terminaron dándose cuenta que era un espejismo.

¿Qué será lo que aqueja a los Leones?, ¿Madden o la historia?

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